Reflexión del Día - Septiembre 18 de 2020
Listen to "Ep. 164 | SEP:18:2020 Viernes 24ª Semana del Tiempo Ordinario" on Spreaker.
♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 8, 1-3 ♰
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el evangelio del Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que Él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que lo ayudaban con sus bienes.
Palabra del Señor.
Reflexión
Bueno, es muy novedoso encontrarnos con este texto del Evangelio del día de hoy ,y leer que en la vida pública de Jesús aparece un grupo de mujeres que desempeñan un papel conmovedor por su ternura, por su cercanía al Maestro. Y cómo no decirlo en este momento preciso; el Señor quiso apoyarse en su generosidad, en su desprendimiento. Él, que nunca deja nada sin agradecer, cómo les pagaría tanto desvelo, tanta delicadeza para atender sus necesidades domésticas y las de sus discípulos.
Creo que vale la pena, hoy, agradecer el servicio de tantas mujeres en las parroquias, en las comunidades, en la vida religiosa, siempre buscando un fin: estar cerca del Señor. Yo creo que desde los primeros momentos de la Iglesia vemos el servicio incomparable de la mujer. De qué manera y qué compromiso tan radical han tenido ellas en la extensión del reino de Dios. A tantas mujeres, inclusive a las que no se nombran ¡mil gracias! Por lo que hacen, por su labor, por su palabra, por su ternura, por su delicadeza, por su servicio; y que este Evangelio nos ayude a entender el papel tan importante que cada una de ustedes hace en el silencio de la Iglesia. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo fuerte y feliz día.
Creo que vale la pena, hoy, agradecer el servicio de tantas mujeres en las parroquias, en las comunidades, en la vida religiosa, siempre buscando un fin: estar cerca del Señor. Yo creo que desde los primeros momentos de la Iglesia vemos el servicio incomparable de la mujer. De qué manera y qué compromiso tan radical han tenido ellas en la extensión del reino de Dios. A tantas mujeres, inclusive a las que no se nombran ¡mil gracias! Por lo que hacen, por su labor, por su palabra, por su ternura, por su delicadeza, por su servicio; y que este Evangelio nos ayude a entender el papel tan importante que cada una de ustedes hace en el silencio de la Iglesia. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo fuerte y feliz día.
Padre Manuel Penagos