Reflexión del Día - Octubre 20 de 2020

Bien, el Señor hoy nos está invitando a tener una actitud atenta, vigilante, con las lámparas encendidas. Y esto tiene un significado muy profundo, porque eso es propio del que espera la llegada de alguien. Y como tú eres cristiano y yo soy cristiano, pues la situación no puede ser de somnolencia y de descuido. El enemigo siempre está al acecho, dice San Pedro que anda como león rugiente buscando a quien devorar. Y no hay que olvidar que quien ama, no duerme; y que vigilar es propio del amor: cuando se ama a una persona el corazón vigila siempre, esperándola, y cada minuto que pasa sin ella pues es función de ella, y transcurre vigilante. Y eso es lo que el Señor pide: amor; por esto solicita vigilancia. Y cuando el alma está adormecida, pues Jesús se marcha sin haber llamado a nuestra puerta, pero si el corazón está en vela, llama y pide que se le abra. Yo creo que todos los días nos encontramos con obstáculos que nos apartan de Dios; pues que sea esta una oportunidad de alejarlos, de hacer un buen propósito, de amar profundamente al Señor. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo fuerte.