Reflexión del Día - Octubre 17 de 2020

******* Bien, ¿en qué consiste este pecado del cual hoy el Evangelio nos atribuye al Espíritu Santo? Lo primero que tengo que decir es que la blasfemia no es sólo con palabras, sino también -y sobretodo- con hechos. ¿Quién blasfema? Quien no se siente necesitado de Dios, quien no se siente pecador o se cree sin pecado; aquel que se cierra al llamado de Dios a la conversión, el que se endurece a tal punto que a la persona no le interesa Dios. Es pecado considerar que Dios no puede perdonar o negar el perdón de Dios en la confesión. Es decir, es el pecado por el que el hombre se niega libre y conscientemente al perdón y la misericordia de Dios; y ante esa circunstancia, ¿que puede hacer Dios? Nada, tan solo dejar que la persona muera en su pecado. Allí no puede Dios actuar, Dios no tiene nada que hacer, no tiene nada que perdonar, no perdona nada. Y la Sagrada Escritura nos da más luz: “El que oculta sus pecados, no prosperará; pero el que los confiesa y se aparta de ellos, alcanzará misericordia”. Hoy, pidámosle al Señor que nos ayude, que nos bendiga. Que le pidamos al Señor que nos de un espíritu contrito, que nos de la humildad, porque cuando somos orgullosos tendemos a olvidar lo que Dios puede hacer en nosotros. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo fuerte. Feliz día*******