♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 12, 1-7 ♰
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digan de noche se repetirá a pleno día, y lo que digan al oído en el sótano se pregonará desde la azotea. A ustedes les digo, amigos míos: no tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más.
Les voy a decir a quién tienen que temer: teman al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A este tienen que temer, se lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo: no hay comparación entre ustedes y los gorriones”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Aquí sale una sola palabra que me gustaría reflexionarla profúndame y es la palabra “hipócrita”. Si vamos un momento al mundo griego, el actor que con una máscara y con un disfraz asumía una personalidad ajena, pues se le designaba hipócrita; fingía ante el público ser otro y frecuentemente se le veía muy lejano a su propia realidad. Y su papel se desarrollaba de cara ante el público, teniendo como regla suprema de su actuación la aprobación y el aplauso de la gente.
Si vamos al texto del día de hoy, muchos fariseos convertían este modo de actuar en su ser íntimo, es decir en hipocresía; actuaban de cara a los demás y no de cara a Dios. Ahí está la diferencia; su vida era tan falsa como los actores durante su representación. Cayeron en la tentación de darle gran importancia al juicio de los hombres -tan endeble y pasajero- y descuidar el de Dios.
El Señor hoy, lo advierte en el Evangelio: “atentos, cuidado con la levadura de los fariseos que es la hipocresía”. Él quiere para los suyos, para sus discípulos, para ti y para mi, una levadura, un modo de ser distinto para que tengamos ante Él y ante los demás una única vida sin máscaras, sin disfraces, sin mentiras; hombres y mujeres de una sola pieza que van siempre con la verdad por delante.
Hoy, pidámosle al Señor que nos ayude, que nos bendiga y que nos ayude a ser de una sola pieza. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo fuerte, feliz día.