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Escucha "Ep. 182 | OCT:10:2020 Sábado 27ª Semana del Tiempo Ordinario" en Spreaker. *******
♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 11, 27-28 ♰
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: “Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron”. Pero Él repuso: “Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Escuchamos hoy en el Evangelio esa expresión tan maravillosa de una mujer que le grita al Señor: “Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron”. Y basta, únicamente, quedarnos en esta expresión, de esta mujer, y aquí comienza a cumplirse el Magnificat; esa expresión maravillosa en la que la Santísima Virgen María hace su cántico de alabanza y dice “Me llamarán bienaventurada todas las generaciones”. Y aquí tenemos que anotar algo, y es que una forma de poder alabar y honrar al hijo de Dios es venerar y enaltecer a su Madre Santísima. Y miren los elogios que le llegan a Jesús, muy gratamente, a través de María. Y por eso tú y yo nos dirigimos muchas veces a ella con tantas oraciones, con tantas devociones, con el Santo Rosario en este mes de octubre; y hacemos porque amamos a su hijo Jesús, honramos a María porque somos verdaderamente hijos suyos, y tratamos de imitar al Señor y seremos semejantes a Él...como ella, vamos seguros.
Y creo que hemos ido aprendiendo a ir a Jesús a través de María; y, en este mes, pues esa bendita y hermosa costumbre de la Iglesia, pues la hacemos cuidando con más empeño el Santo Rosario, fuente de vida cristiana. Y esa pequeña oración del rezo del Rosario, pues es la oración preferida de Nuestra Señora, es la plegaria que siempre llega a su corazón de madre. Y el amor de la Virgen pues nos impulsa a imitarla, y por tanto pues lo que hacemos en nuestro cumplimiento fiel de nuestros deberes a llevar la alegría allí donde vamos; en casa, donde nos encontremos. Y ella nos mueve a rechazar el pecado, hasta el más leve, y nos anima a luchar con empeño contra nuestros defectos. Acojamonos a ella en esta oportunidad. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo fuerte, feliz día.