Reflexión del Día - Mayo 14 de 2020

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♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 15:9-17 ♰

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así los he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a ustedes los llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los he elegido y los he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure. De modo que lo que pidan al Padre en mi nombre se lo dé. Esto les mando: que se amen unos a otros”.
Palabra del Señor.

Reflexión

Quisiera en esta oportunidad, tomar un pensamiento bellísimo que en estos días me impactó muchísimo, y dice este texto de la siguiente manera: “Para ordenar nuestra vida, el Señor nos ha dado los días y las noches. El día habla al día y la noche comunica sus pensamientos a la noche. Y cada nuevo día, al despedirse el día pasado, nos recuerda que hemos de continuar nuestros trabajos interrumpidos y renovar nuestros proyectos y nuestras esperanzas. «El hombre sale a trabajar hasta el anochecer: entonces llega la noche y, con una amable sonrisa, Dios, nos manda dejar todos nuestros juguetes, con los cuales nos alborotamos tanto (...), nos cierra los libros, nos esconde las distracciones, extiende un gran manto negro sobre nuestra vida...; cuando la oscuridad se cierra a nuestro alrededor, vivimos un ensayo general de la muerte; el alma y el cuerpo se dan las buenas noches... Luego llega la mañana y con la mañana el renacimiento»”. Bellísimo, ¿verdad?

“Cada día comienza, en cierto modo, con un nacimiento y acaba con una muerte; cada día es como una vida en miniatura. Al final, nuestro paso por el mundo habrá sido santo y agradable a Dios si hemos procurado que cada jornada fuera grata a Dios, desde que despunta el sol hasta su ocaso. También la noche, porque del mismo modo la hemos ofrecido al Señor. El hoy es lo único de que disponemos para santificarlo. El día habla al día; el día de ayer susurra al de hoy, y nos dice de parte del Señor: Comienza bien. «Pórtate bien "ahora", sin acordarte de "ayer", que ya pasó, y sin preocuparte de "mañana", que no sabes si llegará para ti».

El día de ayer ha desaparecido para siempre, con todas sus posibilidades y con todos sus peligros. De él sólo han quedado motivos de contrición por las cosas que no hicimos bien, y motivos de gratitud por las innumerables gracias, beneficios y cuidados que recibimos de Dios. El «mañana» está aún en las manos del Señor. Lo que debemos santificar es el día de hoy. ¿Y cómo vamos a empezarlo si no es ofreciéndoselo a Dios? Sólo quienes no conocen a Dios y los cristianos tibios comienzan sus días de cualquier manera.” Así que te invito hoy, y te reto, a empezar bien tu día y a vivir tu presente como Dios manda. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Que tengas un bonito día.
Padre Manuel Penagos
Publicado el 13 May, 2020
¡Meditemos!
Agradezco que estés aquí porque
este proyecto no sería nada sin ti.

Padre Manuel Penagos

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