♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 8, 1-4 ♰
En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”. Extendió la mano y lo tocó diciendo: “¡Quiero, queda limpio!”. Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: “No se lo digas a nadie, pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Nos encontramos con este hombre enfermo, quizás en una situación crítica de una enfermedad que lo alejaba de la sociedad. En algún momento de su vida siente la fuerza de su interior, se anima, se acerca a Jesús a pedirle ayuda, hace un gesto fuerte; inclusive se exponía, porque podían haberlo matado por acercarse así a la gente sana. “Si quieres, puedes limpiarme” ̶ es la expresión de aquel enfermo. “Si quieres, puedes purificarme. Si quieres, puedes sanarme. Si quieres, ayúdame a salir de este momento tan difícil”. Y se deja ver un dolor fuerte, muy grande. Pero también una fe muy enorme. No le pide a Jesús que lo cure, no lo hace desde una silla bien sentado, acomodado. No, el tipo hace un esfuerzo, se la juega.
Esa es una oración que demuestra mucha fe. Y esa es una gran enseñanza, de saber cómo tenemos que orar. Tanto así que Jesús se conmueve por esa fe. Y con una frase y con un gesto lo sana: extiende la mano y lo toca. Y sin importar nada, porque el que tocara a un leproso quedaba contaminado, pero Jesús no tiene miedo. No nos tiene asco…en nuestras enfermedades. Por más grande que hayan sido las cosas que hemos hecho en este mundo, Él no nos condena, Él no nos mira mal: extiende la mano, la deja extendida para que vengamos a buscarlo todos los días. Y esa es una mano que acaricia, que sostiene, que cura.
Quizás alguna vez el Señor ha hecho un milagro fuerte en tu vida, y seguramente lo hará. Pero hoy te dice que Él va a estar a tu lado, que Él va a tomar tu mano, que te acompañará en el camino. Confía en Él. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo, feliz día.