♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 11, 25-30 ♰
En cierta ocasión dijo Jesús: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque si ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos, las revelaste a los pequeños. Sí Padre, porque así tuviste a bien disponerlo. Todo me lo entregó mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí, todos los que están rendidos y agobiados, que yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”.
Palabra del Señor.
Reflexión
En la oración colecta de la Eucaristía del día de hoy, rezamos: -Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad, te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una amplia reparación-. Yo creo que, en este rato de oración, hemos de sacar la alegría inmensa de considerar, una vez más, el amor vivo y actual de Jesús por cada uno; un Dios con corazón de carne como el nuestro.
Es el Señor, que sigue pasando por nuestras calles, por nuestras casas en estos momentos de pandemia, haciendo el bien, como cuando estaba en carne mortal entre los hombres, ayudando, curando, consolando, perdonando, otorgando la Vida Eterna a través de sus sacramentos. Hay que subir alto; ¿cuántas veces hemos esperado ese amor? Yo creo que muchos debemos reparar y desagraviar el corazón sacratísimo de Jesús por nuestra vida pasada, por tanto tiempo perdido, por tanta terquedad, por tanta frialdad en el trato con Él, por tanto desamor. Te pido, Señor, que acojas la ofrenda del resto de mis años.
No desprecies, Dios mío, este corazón contrito y humillado, por todos los años que malgasté de mala manera. Dame, Señor, el don de la contrición por tanta torpeza a Ti, aumenta en mí tu amor, enséñame a ofrecerte como expiación las contrariedades físicas y morales de cada día, el cansancio en el trabajo, el esfuerzo para dejar las labores terminadas, como Tú quieres. Sagrado Corazón de Jesús en vos confío. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Que tengas un bonito día.