♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 13, 47-53 ♰
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: “El Reino de los Cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y a los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entienden bien todo esto?”. Ellos le contestaron: “Sí”. Él les dijo: “Ya ven, un letrado que entiende del Reino de los Cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo”. Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor.
Reflexión
Un abrazo, qué gusto estar hoy en esta compañía contigo, reflexionando esta palabra de Dios. Hoy el Evangelio nos va presentando una realidad a la que, bueno… llegará el momento en que vamos a estar delante de Dios ¿Cuándo? Sólo Dios lo sabe. Y por eso hay una invitación para estar en vigilancia y en oración, vigilancia y oración. Y cada momento en nuestra vida, pues tenemos la oportunidad -díganme si no- de saber elegir lo bueno y lo malo, de saber discernir entre el bien y el mal; y mira de qué manera el Señor quiere que tú y yo nos demos cuenta de esta realidad y que valoremos el gran premio de la eternidad.
Ciertamente no es fácil mantenerse en vigilancia porque por todos lados estamos rodeados de tentaciones. Pero nos preservaremos en la medida que esa fe en Jesús se haga realidad constantemente, a través de un pensamiento, a través de una pequeña oración, a través de una renuncia por amor; y como cristianos estamos llamados a ayudar a nuestros hermanos para llegar al cielo. Por eso yo lo hago, por eso estoy aquí en esta oportunidad, a través de este Evangelio, de esta reflexión porque yo quiero llegar al cielo y también quiero que tú llegues.
Yo no sé cuándo comenzó toda esta locura de llevar el Evangelio a través de WhatsApp, y ahora de este sitio web; y cuando uno quiere amar más al Señor, pues uno quisiera que los demás también pudieran contagiarse de ese amor tan bendito para Dios nuestro Señor. El cristiano es una moneda de dos caras; por un lado, está la oración y por el otro lado está el apostolado. No existen los Santos egoístas, y hay que aprender a vivir esa vocación en el trabajo, en la familia con los amigos, en donde Dios te ponga; y también la manera de estar en vigilancia.
Si quiero ir al cielo, pues tengo que aprender a ganarlo, a lucharlo, a quererlo y ojalá para todos aquellos que me rodean. Que hoy sea una oportunidad bonita de poder compartir el Evangelio. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre, amén. Un abrazo fuerte. Feliz día.