♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 13, 31-35 ♰
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: “El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas”.
Les dijo otra parábola: “El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente”. Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: “Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Un abrazo especial a ti en este día. Hoy el Evangelio nos alienta a vivir con entrega y con perseverancia el pequeño esfuerzo que podemos hacer día a día, y ese esfuerzo tiene que ver con la construcción del Reino de Dios. Y es verdad, muchos de nosotros no haremos cosas espectaculares, seguramente; la mayoría de nosotros no seremos noticia ni hoy ni nunca y, sin embargo, con nuestra pequeña entrega que podemos hacer diariamente, podemos ayudar mucho a que este mundo sea mejor.
Que este mundo conozca de Dios; que tu familia, tus hijos, tus padres, que tus amigos conozcan de Dios con una sonrisa, con una palabra. Y el Señor lo dice en una forma de parábola: “no necesito de ustedes grandes acontecimientos”; porque el Reino de Dios se va haciendo desde lo sencillo, desde lo pequeño. Hoy el Señor nos llama a la fidelidad en lo pequeño, en lo humilde, en lo secreto.
Quiero recordar a un esposo, padre, a un hombre de Dios en una vereda que se llama Risalda en Chaparral-Tolima, en Colombia; que a pesar de todo lo que aconteció en su vida, hoy es un evangelizador. Y no solamente él, toda su familia desde lo pequeño. Imagínate que su hermano, en la vereda donde viven -porque viven en el campo-. Son vendedores de pescado y de carne de cerdo, y en medio de su negocio va llegando a las casas y a él casi no le importa el vender, tanto como el ayudar, el dar una sonrisa, sentarse con una persona que está pasando momentos difíciles; en lo pequeño está construyendo el Reino de Dios.
La Madre Teresa decía “a veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar no sería el mismo si le faltara esa gota”. Lo grande del Reino de Dios se juega en esa inmensa catarata de gestos pequeños; porque a diario el Señor nos invita a construir su Reino. Una sonrisa tiempo, una palabra de aliento, un abrazo de paz, una escucha atenta a la persona que necesita ser escuchada… son todos esos pequeños gestos con los que podemos edificar el Reino de Dios aquí en la Tierra, y le podemos hablar una persona de Dios. No estemos a la espera de algo grande; vayamos a lo pequeño, a lo sencillo. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre, amén. Un abrazo fuerte. Feliz día.