Reflexión del Día - Julio 23 de 2020

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♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 20, 1. 11-18 ♰

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?”. Él les contestó: A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender.

Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: “Oirán con los oídos sin entender; mirarán con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure”. Dichosos sus ojos porque ven y sus oídos porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo vieron, y oír lo que oyen ustedes y no lo oyeron.
Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy nos encontramos con esa expresión, de la manera como Jesús enseña: “por eso les hablo por medio de parábolas; porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden”. Sólo los pequeños y los humildes pueden recibir la verdadera visión del Reino de Jesús que Él mismo desea mostrar. Los soberbios, los que “se la creen”, quienes creen que ya saben lo que Dios quiere, pues no pueden ver, no pueden entender; se molestan, se enojan, se ponen en contra de Jesús.

Y mira de qué manera Jesús lo refiere hoy; y así se cumple en ellos la profecía de Isaías que dice “por más que oigan pues no comprenderán”. -Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos para que sus ojos no vean y sus oídos no oiga, y su corazón no comprenda, y no se conviertan y yo no los cure. Y felices, en cambio, los ojos de ustedes porque ven, felices sus oídos porque oyen, les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron-.

Esas son las expresiones del Señor, hoy en el Evangelio; felices nosotros, discípulos del Señor que podemos escuchar sus palabras, sus parábolas. Más felices todavía, si nos dejamos maravillar e interpelar por el Reino que se nos anuncia, se nos muestra; por el rostro de Dios que se nos revela si dejamos nuestro corazón permeable al obrar de su palabra en nosotros. Muchas veces, porque ya las conocemos, porque las hemos escuchado en otra oportunidad, dejamos de prestarle atención; no dejamos que ellas obren en el corazón.

Por eso pedimos a Jesús: danos un corazón, danos un oído de discípulo; un corazón sencillo para comprender, para ver, para oir. Pidámosle hoy a la Santísima Virgen María que interceda por nosotros, que nos ayude a ser hombres y mujeres de fe y esperanza. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo. Feliz día.
Padre Manuel Penagos
Publicado el 22 Jul, 2020
¡Meditemos!
Agradezco que estés aquí porque
este proyecto no sería nada sin ti.

Padre Manuel Penagos

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