♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 23, 23-26 ♰
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera”
Palabra del Señor.
Reflexión
Vivir la justicia con el prójimo es mucho más que no causarle daño, y no basta con lamentarse ante situaciones de injusticia, quejas y lamentaciones que sean estériles si no se traducen en más oración y obras para remediar una situación que a veces es difícil en el mundo. Y vivir la justicia con los que nos relacionamos significa, entre tantos deberes, respetar su derecho a la vida, a la intimidad, a una retribución económica suficiente y creo que de eso tenemos que aprender todos.
Y también implica el derecho a la fidelidad, a la verdad, a la responsabilidad, a la buena preparación, a la laboriosidad, al ser honestos, al estudio a conciencia y el cuidado de los instrumentos de trabajo. Debemos vivir los deberes de justicia con aquellos que el Señor nos ha recomendado, dedicándoles tiempo, colaborando en su formación; y tratar con mucho esmero a aquel que por su enfermedad, por su edad, por sus condiciones particulares pues nos necesita más.
Y tengo que recordar que la calumnia y todo lo que tenga que ver con la maldad -la murmuración- es una gran injusticia. Hoy, pidámosle al Señor que nos ayude a pensar en toda esta reflexión del Evangelio y a pensar en todas las personas que tenemos alrededor. Qué injustos somos a veces cuando tenemos un poder, cuando tenemos un escalafón, un puesto y seguramente podemos hacerle la vida imposible a nuestro prójimo. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo, feliz día.