En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?”. Él le dijo: “‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser’. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Bueno, pues hay una afirmación hoy muy clara: “El amor lo es todo”. La decisión en la vida de amar pues es fundamental. Lo primero que el Señor nos pide hoy es amarlo a Él con todas las fuerzas del ser, y ante los demás, una actitud de amor. No hemos de perdernos en cosas accidentales, secundarias, olvidando lo esencial. Del amor arranca todo lo demás; sin amor, todo queda desvirtuado. Y ¿qué es amar? Porque el amor no puede ser un simple sentimiento o una emoción del corazón, tiene que ser algo más, tiene que tener más fuerza. Amar es por eso una convicción de vida; es la plena confianza en que, de la misma manera que hemos sido amados (y Dios nos ama incondicionalmente), nosotros no podemos guardarnos ese amor, sino que nos sentimos llamados a compartirlo, y a hacerlo carne y sangre con los demás. Amar será la convicción de buscar antes el bien ajeno que el propio y postergar un poco lo que pasa en mí, es salir al encuentro, es dialogar, es escuchar, es mirar, abrazar, sostener, soportar, sufrir, acariciar, levantar, curar...y se agrega algo más: el concepto de prójimo. Para un judío el prójimo era el que pertenecia al pueblo y, a lo sumo, el proselito. Y Jesús desbarata esa barrera y postula que todos somos exactamente iguales para Dios; todos somos exactamente iguales para Dios. Y por eso, necesitamos seguir creciendo día a día. Dios es amor y la exigencia de Jesús no es con relación a Dios, sino con relación al hombre; y lo dice enfáticamente: “Como a ti mismo”. Eso significa que el amor solo se puede dar entre iguales. Si considero superior o inferior al otro, mi relación con él nunca será de amor. Nunca olvidemos esa expresión tan bonita que hemos aprendido: “Caridad no es dar lo que me sobra, caridad no es dar lo que tengo, caridad es darme yo por entero y por amor a los demás”. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un abrazo fuerte, feliz día.