En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. Les aseguro, además, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Es una oportunidad maravillosa poder hoy encontrar este momento de Evangelio y, bueno, a la luz de él decir alguna reflexión que nos ayude en el diario vivir. Yo sé que la corrección es un bien y es un servicio que se hace al prójimo. Pero, hay que estar muy atento porque aquí hay unas reglas de juego, y hemos de tenerlas muy en cuenta para practicar, cristianamente, pues los consejos que el Señor nos quiere dar. Yo creo que lo primero que tenemos que decir es que antes de corregir, por ejemplo si hablamos de la familia y hablamos de los hijos, debemos estar muy atentos nosotros para no faltar o equivocarnos en aquello mismo que corregimos a los demás. Y hay que saber que el que corrige, ya sea un maestro o sea un educador, el papá o la mamá, pues debe hacerlo primero con el propio testimonio de vida y con el ejemplo de virtud; y después también podrá hacerlo con la palabra y el consejo. Nunca mejor que en esas circunstancias hemos de tener presente pues el sabio proverbio que dice que las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra. Una segunda regla que, pues, a la luz del Evangelio puede salir hoy es que al corregir hemos de ser muy benévolos, muy respetuosos con las personas; sin humillar, sin abochornarlas jamás. Y mucho menos en público. Cuántas veces un jóven llega a sufrir graves lesiones en su psicología y en su afectividad por una educación errada. Y es un hecho que muchos hombres han quedado marcados con graves complejos y que nunca los han podido superar; hay humillaciones, atropellos que sufrieron en su infancia por aquellos que tenían autoridad ¿no? Y no digo yo que no haya que corregir a los niños, porque inclusive que para no traumatizarlos ¿verdad? No, hay formas y formas de corrección. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Un feliz día, un abrazo.