Listen to "Ep. 119 | AGO:04:2020 San Juan María Vianney" on Spreaker. ♰ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 15, 21-28 ♰
En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: “Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo”. Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: “Atiéndela, que viene detrás gritando”. Él les contestó: “Solo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel”.
Ella los alcanzó y se postró ante Él, y le pidió: “Señor, socórreme”. Él le contestó: “No está bien echar a los perros el pan de los hijos”. Pero ella repuso: “Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos”. Jesús le respondió: “Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas”. En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra del Señor.
Reflexión
Muchas veces hemos escuchado en los textos del Evangelio que Jesús es fuerte con los fariseos; son sabios, son orgullosos, son tercos y son fríos, son calculadores. La característica de los fariseos es que perseveran inconmovibles en su tozudez, en su incredulidad, a pesar de que el Señor explica. Aquí lo más triste y lo más trágico del asunto es que están ciegos porque quieren estarlo; por su propia voluntad, por su dureza de corazón, por incredulidad y esta gente, pues no cambia de postura; se endurecen más y más.
Ese es precisamente el verdadero problema; su pecado mayor -y esto no hay que olvidarlo- la soberbia y la altanería, y por eso no creen ni aceptan la enseñanza de Jesús. Y aquí hay una clave muy importante que seguramente se nos va a aclarar; ¿recuerdan ustedes que el pecado contra el Espíritu Santo no se puede perdonar? Bueno, este es el ejemplo del pecado contra Espíritu Santo porque es ceguera voluntaria, porque hay resistencia consciente a la gracia de Dios y esto es tremendo. Ojalá que esto nunca pase nosotros, y hay que pedirle al Señor la gracia de ser profundamente humildes, sencillos de corazón para creer en Él; para confesar y proclamar públicamente a Jesús, incluso a costa de burlas, de persecuciones que suframos en su nombre.
Esta fe debe ser auténtica, debe ser operante, debe ser práctica; no se trata de algo meramente intelectual o de una aceptación racional de las verdades del dogma católico. No, eso no; es confianza absoluta en Dios, nuestro Señor. Así que, hoy nos disponemos a pedirle Señor que nos ayude a hacer siempre su Santa voluntad. María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Hoy es el día de San Juan María Vianney y quiero pedirte que elevemos hoy, una oración por todos los párrocos de tantas comunidades católicas en todo el mundo. Y si podemos felicitarlos y llamar a nuestro párroco y decile “padre, feliz día del párroco porque tú eres nuestro párroco, nuestro pastor”, sería formidable. Un abrazo.